Frisco, Texas, era una pequeña ciudad con solo 6,000 habitantes en 1990, y el precio promedio de una casa era de 58,000 dólares. Hoy en día, la ciudad tiene una población de 234,000 personas y el precio promedio de una vivienda ha ascendido a 700,000 dólares. Este impresionante crecimiento y cambio no solo ha transformado la ciudad en términos de tamaño, sino también en su dinamismo económico y social, atrayendo tanto a empresarios como a residentes.

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